martes, 28 de abril de 2009

El avión

Cuantas madrugadas llegando al aeropuerto para coger el primer avión, ese que me aleja de ti, ese que nunca querría coger, cuantas mañanas deseando que el taxi no venga a buscarme y nunca pasa, todos los lunes lo mismo, me levanto a las cuatro, a la hora en la que todavía no han encendido las calles, una ducha rápida, un beso a los niños (cuidado no vaya a despertarlos), coger la maleta y bajar a la puerta para que el taxi cuando llegue no tenga que tocar el timbre y al aeropuerto, tres cuartos de hora después, la misma cola de todos los lunes, la cara de la azafata todavía muestra los restos del sueño perdido, la misma pregunta de siempre " ¿Nada que facturar?", luego pasar el control de acceso, los guardias ya ni me miran, cualquier día paso alguna cosa prohibida solo por darles un susto, luego media hora esperando en ese pasillo casi desierto, a la hora en la que todavía no han abierto ni las cafeterías del aeropuerto, una cabezadita rápida y al avión. Y luego el avión, esa caja oscura con alas, ese lugar triste y solitario, ese espacio en el que confluyen tantos iguales a mí, todos iguales, trajes oscuros, maletas pequeñas, caras de sueño. Y todo para llegar a ese trabajo que quiero abandonar, ese trabajo que nunca he querido, para vivir cuatro días y medio contando los minutos, los que faltan para que lleguen las seis de la tarde del viernes, cuatro días en los que sobrevivo para esa media que paso hablando contigo, medía hora para resumir tu vida y la mía, media hora para abrazar en la distancia tu cuerpo tibio, media hora para renacer en los niños, jugar a juegos ficticios, pero entonces llega el día, hoy ya es viernes y respiro, vuelvo a coger otro avión, ese si, alegre, iluminado, vivo, de mil colores, de brillo nacarado, ese avión que por dos días me hará sentir renacido.


Porque lo prometido es deuda, Beauseant, y por que algún día, quizás, todos mis vuelos serán por gusto.

lunes, 27 de abril de 2009

Recomenzar

Eras de cristal,
de ese cristal fino y claro,
como las copas de antaño.

Eras como el cielo limpio
de una clara madrugada
en un día de verano.

Y llego la tormenta negra,
y llego el viento lejano,
para hacer añicos tu alma,
para hacer encallar tu barco.

Más no desesperes mi niña,
no rompas tus ojos en llanto,
que el día que ha de llegar,
mas que tarde, temprano
y ha de ocupar su lugar
el amor que cura y alivia,
el que hace florecer,
la flor en tu corazón sano.

Desde la barra del bar desde la que todos los días veo pasar la vida, agarrado a esa última copa que nunca se acaba, soñando todavía con ese día en el que te fuiste corriendo.

miércoles, 22 de abril de 2009

Noche Negra (IV)

Quisiera,
sobre la tumba negra y fría,
donde yace mi esperanza,
ver nacer un nuevo día
de flores y miradas anchas.

Ojalá supiera,
como convertir tu silencio,
y los espacios hoy vacíos,
en nuevos retos de lucha,
en momentos de cariño.

Pero afuera,
aulla el invierno frío,
la tormenta rompe al alma,
y el corazón dormido
muere de soledad y falta.

Noche de eternidad oscura,
noche de horror y de miedo,
déjame despertar del sueño,
escúchame en mi llanto eterno,
respóndeme en mi eterna duda.

martes, 14 de abril de 2009

Homenaje

Voy a dormir, nodriza mía, acuéstame.

Ponme una lámpara a la cabecera;

una constelación; la que te guste;

todas son buenas; bájala un poquito

(Alfonsina Storni)

Este post iba a ser colgado ayer, pero por razones que otro día explicare tuvo que ser pospuesto hasta hoy.

Mañana un diario español va a facilitar a sus lectores un libro de poemas de Alfonsina Storni, poetisa mas conocida en muchos por la canción "Alfonsina y el mar", que por sus poemas.

Sirva este post de pequeño homenaje a la memoria de la que fue sobre todo, y a mi modesto parecer en este orden, una gran persona, mujer y poetisa.

Pulsando en el siguiente enlace accederan a escuchar la canción "Alfonsina y el Mar" en la versión de Mercedes Sosa, que a mí es quizas la que mas me gusta
http://www.deezer.com/track/922524
Para aquellos que quieran saber un poco mas sobre esta genial poetisa os dejo aqui este enlace
http://www.cervantesvirtual.com/bib_autor/Alfonsina/autora.shtml

Un par de muestras

Soy un alma desnuda en estos versos,
Alma desnuda que angustiada y sola
Va dejando sus pétalos dispersos.
Alma que puede ser una amapola,
Que puede ser un lirio, una violeta,
Un peñasco, una selva y una ola.
Alma que como el viento vaga inquieta
Y ruge cuando está sobre los mares,
Y duerme dulcemente en una grieta.
Alma que adora sobre sus altares,
Dioses que no se bajan a cegarla;
Alma que no conoce valladares.
Alma que fuera fácil dominarla
Con sólo un corazón que se partiera
Para en su sangre cálida regarla.
Alma que cuando está en la primavera
Dice al inviemo que demora: vuelve,
Caiga tu nieve sobre la pradera.
Alma que cuando nieva se disuelve
En tristezas, clamando por las rosas
Con que la primavera nos envuelve.
Alma que a ratos suelta mariposas
A campo abierto, sin fijar distancia,
Y les dice libad sobre las cosas.
Alma que ha de morir de una fragancia,
De un suspiro, de un verso en que se ruega,
Sin perder, a poderlo, su elegancia.
Alma que nada sabe y todo niega
Y negando lo bueno el bien propicia
Porque es negando como más se entrega,
Alma que suele haber como delicia
Palpar las almas, despreciar la huella,
Y sentir en la mano una caricia.
Alma que siempre disconforme de ella,
Como los vientos vaga, corre y gira;
Alma que sangra y sin cesar delira
Por ser el buque en marcha de la estrella.
Quisiera esta tarde divina de octubre
Pasear por la orilla lejana del mar;
Oue la arena de oro, y las aguas verdes,
Y los cielos puros me vieran pasar.
Ser alta, soberbia, perfecta, quisiera,
Como una romana, para concordar
Con las grandes olas, y las rocas muertas
Y las anchas playas que ciñen el mar.
Con el paso lento, y los ojos fríos
Y la boca muda, dejarme llevar;
Ver cómo se rompen las olas azules
Contra los granitos y no parpadear
Ver cómo las aves rapaces se comen
Los peces pequeños y no despertar;
Pensar que pudieran las frágiles barcas
Hundirse en las aguas y no suspirar;
Ver que se adelanta, la garganta al aire,
El hombre más bello; no desear amar...
Perder la mirada, distraídamente,
Perderla, y que nunca la vuelva a encontrar;
Y, figura erguida, entre cielo y playa,
Sentirme el olvido perenne del mar.
Los poemas estan cogidos de la página web www.los-poetas.com

lunes, 6 de abril de 2009

El puente (¿final?)


- Como que ya está. – Contesté casi gritando.
- Esta clarísimo. Dices que no puede ser nadie de fuera porque el programa no lo permitiría y si alguien hubiese encontrado la manera de colarse quedarían huellas, solo ha pasado en vuestros ordenadores, es decir, que tu sepas no le ha paso a nadie mas de tu empresa y nosotras podemos asegurar que no le ha pasado a nadie mas de la nuestra, el problema está en vuestros ordenadores, la raiz del problema es algo que solo hay en vuestros ordenadores, el programa es el problema.
- No puede ser, -esta vez fue Carlos el que gritó-, el programa esta basado en la inteligencia artificial, pero lo que tu estás diciendo es que el programa es inteligente, que es capaz de controlar no solo, lo que pasa dentro del ordenador, sino lo que hace Helena en todo momento.
- Piensa un poco, si tu tuvieses acceso al ordenador de Helena podrías saber todos sus números de cuenta, todos sus números de tarjeta, incluso tendrías acceso a su codificación del chip de su DNI, con esos datos y estando conectado con los ordenadores de sus bancos sabrías en todo momento, en cuanto pagase algo con su tarjeta, que se identificase en algún sitio o que cargase algo a la cuenta del banco, donde esta en todo momento, es más si fueses lo suficiente inteligente para entrar en los sistemas de cámaras de seguridad de las distintas empresas controlarías todos sus movimientos, ¿no es verdad?.
-Teóricamente es posible, en eso se basan todos los que creen en las teorías de que el estado conspira para controlar a todos los ciudadanos, pero es imposible controlarlo todo.
- Si tienes que controlar a 40 millones es posible, pero aquí solo estamos hablando de controlar a una persona, es posible que a dos. Helena, tu tienes en tu casa un sistema de seguridad mediante cámaras que te permiten grabar todo lo que pasa en casa cuando lo conectas, ¿verdad?.
- Claro, me obligó a ponerlo la compañía de seguros para hacerse cargo de la colección de cuadros, pero todos vosotros tenéis uno igual.
- Pues suponiendo que el programa de Carlos sea tan bueno como él dice, el programa en un intento de proteger a Helena, ha seguido trabajando, perfeccionandose, primero la defendió contra aquellos trabajos que él pensaba que no eran lo suficientemente buenos, luego siguió con aquellas otras actividades que le parecieron perjudiciales y ha llegado en su control hasta el final y ahora está haciendo lo mismo contigo.
-¿ Es eso posible? – pregunte a Carlos-, ¿puede ser el programa el culpable?
- En teoría, lo que dice Ana podría ser, pero quiero que lo entendáis, solo en teoría.
Volvió a hacerse un hueco en mi cabeza la frase de Helena, “Ana encuentra la solución a los problemas complejos con una facilidad increíble, ella lo dirá en cinco minutos y nosotros estaremos meses para resolverlo”
- Y si fuese cierto, ¿entonces que hacemos? – preguntamos a la vez Helena y yo a Carlos-, si Ana tiene razón, ¿Cual es la solución?.
- No la hay, si el programa se ha hecho tan inteligente seguro que se ha copiado en los ordenadores de vuestras empresas, con lo cual aunque borraseis vuestros ordenadores seguirá estando allí y desde allí se copiará en todo ordenador que utilicéis, si eso fuese cierto estáis condenados a vivir con el control del ordenador.
- Tiene que haber una solución – dije yo.
- Yo no la sé – repuso, cada vez más enfadado, Carlos.
- Y si el programa es tan listo, ¿porqué no se lo preguntamos a él? – dijo Ana, en un alarde de clarividencia.
No estábamos convencidos en absoluto, pero como a nadie se le ocurría nada mejor decidimos hacer caso de su consejo, encendimos el ordenador y apareció un único mensaje.






MANDÁRMELO.






Decidimos hacerle caso y le dimos una única orden:


Descansa, ya no te necesitaremos más.

......

De todo esto han pasado ya cuatro años, Helena y yo hemos vuelto a estar juntos, ahora tenemos una preciosa niña de dos años y esperamos otro para dentro de dos meses, Carlos sigue enfrascado con sus ordenadores y Ana dirige casi en exclusiva la empresa de publicidad, ya que Helena cada vez le dedica menos tiempo a la empresa y más a sus propios proyectos, de hecho, Helena ya le ha ofrecido varias veces la posibilidad de venderla su parte, pero, por algún motivo que no conocemos, Ana siempre se niega, en cuanto a mí, conseguí terminar el puente de acuerdo con el nuevo diseño y recibí gran cantidad de críticas elogiosas, cuando se iba a inaugurar me propusieron que le pusiera un nombre, nadie comprendió el que yo puse -HAL 2005-, pero aun así me hicieron caso, claro que, al final, la gente lo renombró como quiso.

Despues seguí un tiempo dirigiendo la empresa, pero, no tarde en darme cuenta que, después del puente, mis pasos me llevaban por otro camino distinto, que mi tiempo como ingeniero diseñando estructuras tocaba a su fin, así que decidí que era el momento de pasar el testigo a un nuevo valor que diera nuevos bríos a una empresa a la que yo ya había dado todo lo que podía darle, vendí la empresa a los compañeros que trabajaban conmigo y ahora me dedico a mi dos grandes pasiones: pintar y enseñar lo poco que sé. De vez en cuando, cuando estoy trabajando con un ordenador, me parece ver que la pantalla parpadea un poco, como si me guiñase un ojo, pero cuando me fijo nunca vuelve a pasar, aun así, siempre que me levanto de trabajar con un ordenador, casi sin darme cuenta, paso la mano por encima de la pantalla, como si estuviese despidiendo a un amigo.

Nota del autor. La historia ha sido larga, mucho más de lo que al principio parecía que iba a ser, muchas gracias a tod@s l@s que la habeis seguido, espero que hayais disfrutado leyéndola tanto como yo al escribirla, en algún momento intentaré continuar con alguna idea que ha sido sugerida pero no prometo que sea pronto.

Muchas gracias a tod@s nuevamente

P.D. Me pregunta alguien cercano, que está leyendo está historia según la voy publicando, el motivo del nombre, porqué llamar "El puente" a esta historia si el puente de la misma es un elemento anecdótico, realmente el puente del nombre no es solo "el puente" que esta diseñando el narrador, el puente es tambien el camino que surje para permitir al protagonista y a Helena dar un cambio en una vida que se había vuelto monótona hacía una nueva vida.

PP.D. Esta historia nacio como contraposición a una serie de historias, más o menos cortas, de diversos autores de ciencia fiición en las que un robot u ordenador desarrolla inteligencia y en su afan de proteger al ser humano le coarta la libertad en un afan de evitar que se infrinja daño a si mismo, surgió durante una cena con una conversación posterior (convenientemente regada con varias botellas de vino), tiene que ver con eso que los "listos" llaman inteligencia emocional y la idea de que si el ordenador se vuelve lo suficientemente inteligente se da cuenta de la imposibilidad de preservar al ser humano de si mismo sin quitarle aquello que le hace ser eso, humano, su desarrollo ha sido incluso mas largo de lo inicialmente previsto y el final estaba pensado desde la primera linea que se escribió, de hecho, el final fué lo primero que escribí. Siento si algunas personas (de hecho son más de dos) piensan que el final no era el adecuado y la historia se corta abruptamente, en cualquier caso he visto varios caminos que se han abierto y como he dicho antes quizas algún dia se plasmen en estas páginas desarrollos alternativos

El puente (8ª parte)

- ¡Apágalo! – Me gritó Helena - ¡Lo ves!, ya está aquí, lo sabe todo, lo conoce todo, ya lo sabía yo, no tenía que haber venido.
- Tranquila, ya está apagado.- dije apagando el ordenador-, ahora mismo llamamos a Carlos para que nos explique que está pasando, pero sobre todo tranquilízate, todo esto tiene que tener una explicación normal, seguro que se trata de algún niñato, genio precoz de la informática que ha descubierto algún fallo en el programa de Carlos y se divierte haciéndonos la puñeta.
Helena pareció tranquilizarse con lo que la dije y con el desayuno (el chocolate con churros siempre había hecho milagros con ella), cuando terminamos de desayunar llamé a Carlos y, sin contarle de que iba, quede con él dentro de una hora en mi casa.
Helena me insistió en llamar a Ana, estaba segura de que ella no tenía nada que ver con toda esta historia, pero parecía necesitar de su apoyo, a mí Ana nunca me había caído especialmente bien, pero para dejarla tranquila decidí llamarla y quede con ella a la misma hora que con Carlos.
Llegaron los dos con cinco minutos de diferencia, de hecho parecía que e hubiesen puesto de acuerdo, ¿Y si Helena tuviese razón pero solo en parte y estuviesen los dos conchabados en un extraño acuerdo para volvernos locos a Helena y a mí?. Pero no, eso no podía ser, Ana es posible, pero Carlos era mi colega de toda la vida, nunca podría hacer algo que fuese en contra mía ni de Helena, me estaba volviendo paranoico.
Cuando llegó Carlos y le empezamos a contar que me estaba pasando lo mismo que a Helena, pareció que se le iluminaba la cara, ¿a qué al final Helena iba a tener razón?.
- Me dejas encender tu ordenador- dijo Carlos –, tranquila Helena, ya sabes que sea quién sea, nunca dice nada cuando está alguien delante.
- Claro. – repuse inmediatamente, -¿Qué pasa?, ¿Qué ya has dado con la solución?.
- Ojalá, no va a ser fácil, llevo cinco meses trabajando en el problema de Helena todo el tiempo que me deja libre mi trabajo y no sé si estoy mas cerca de la solución que cuando empecé, pero hay algo que me deja completamente despistado, no sé si te ha contado Helena que una vez ella ha terminado de hablar con su “acosador” en su ordenador desaparece todo rastro de la comunicación, de hecho yo solo sé que eso ha pasado porque la creo a ella, no hay ninguna manera de demostrar que nada de lo que dice es cierto.
- Y, ¿no puede ser que alguien haya descubierto un agujero en tu programa que le permita entrar en nuestros ordenadores?.
- Podría ser, pero no sé si sabes que vuestro programa es único, ni siquiera yo tengo un programa tan sofisticado, lo hice a medida para vosotros, vosotros queríais un programa que os permitiera poder acceder a todas las herramientas de los ordenadores de vuestras oficinas y os diera un nivel de seguridad que garantizase que nadie, y repito, nadie fuese capaz de acceder al ordenador sin un permiso específico, os lo conté en su momento, es un programa basado en un proyecto de inteligencia artificial, el programa detecta cualquier intento de acceso no permitido y va configurando los sistemas de protección en función de la capacidad del que intenta acceder, dicho de forma sencilla, el ordenador aprende del pirata, según el pirata intenta métodos más sofisticados para romper las defensas del ordenador, el ordenador crea defensas mas complejas para evitar los accesos, virtualmente el sistema es inaccesible.
- Pero todo programa tiene una “puerta atrás”. – Yo había visto muchas películas de hackers y espías últimamente.
- Casi todos, una puerta atrás es un camino que se deja el programador para poder acceder sin tener que pasar todos los controles, pero a mí, y no te olvides que yo soy el programador en este caso, no me iba a hacer falta, el programa me conoce, yo puedo acceder sin ningún problema, de hecho vosotros me lo pedisteis para que si os pasaba algo a los dos, os recuerdo que cuando instale el programa vivíais juntos, alguien pudiese recuperar toda la información del sistema.
Helena tenía razón, Carlos era la única persona que podía haberlo hecho, lo reconocía hasta él, pero no podía ser, algo dentro de mi se negaba a admitir la posibilidad de que mi amigo, mi colega, mi compañero de todas las aventuras estuviese implicado en esto.
- Bueno, pues entonces explícate, ¿Porqué has dicho que podría ser?.
- Cuando Helena me contó lo que la pasaba probé muchas cosas, instalé en su ordenador varias herramientas para intentar cazar al “hacker”, ninguna dio resultado, pero entre todas las cosas que instalé hay una que empezó a mostrar algo.
- No te hagas el interesante, cuéntanos de una vez de que se trata. - Ana contestó con esa diplomacia que la caracterizaba.
- Tranquila - dijo Carlos -, tal vez no signifique nada, pero coincidiendo en el tiempo con los intervalos en los que Helena recibe comunicados de “su acosador”, el ordenador aparece como si estuviese apagado.
- ¿Cómo que apagado?, ¿Qué quiere decir eso?, - interrumpió Helena-, el ordenador no estaba apagado, te lo puedo jurar.
- Tranquila, Helena, os lo explico, en todo ordenador que este encendido hay una parte del procesador que esta activa aunque sea la que controla el reloj, pero en el ordenador de Helena hay instantes en los que, aunque sabemos que estaba encendido, no hay ninguna actividad, el ordenador aparece como muerto, no hay ninguna actividad.
- Y, ¿eso que quiere decir?. – intervine yo.
- Significa que aquel que está enviándote mensajes controla todo el ordenador, es capaz de hacer desaparecer todo rastro de actividad del mismo, no me preguntas como lo hace porque yo no se como se puede hacer eso.
En ese momento Ana se levantó de la mesa en la que estábamos y se puso a dar vueltas en la habitación, Helena tenía una confianza casi ciega en las capacidades de Ana, habían sido compañeras en la facultad de Bellas Artes y siempre decía que no conocía a nadie con su capacidad para las situaciones complejas, nunca se había preparado un examen, nunca había estudiado una lección pero siempre sacaba las mejores notas, decía que parecía tener una capacidad innata para resolver un problema complicado simplemente con enfocarlo debidamente, cuando la gente la preguntaba como había solucionado cualquier cosa siempre contestaba lo mismo “era obvio”, pero es que para ninguno de los demás la solución era obvia y de hecho muchas veces teníamos que dedicar horas hasta llegar a la solución a la que ella había llegado en cuestión de minutos, eso hacía que, para casi todo el mundo, fuese odiable, pero para Helena se había convertido en la pieza exacta que hacía que el conjunto funcionase. Todos nos quedamos callados esperando lo que Ana estaba pensando.
De pronto se paró y nos miro a los tres:
- Claro, -gritó-, ya está.
(Continuara ...)
(Siento no poder cumplir lo prometido pero esta parte era demasiado larga, en próximos días aparecerá el final)

viernes, 3 de abril de 2009

Sin ti.

Vivir en un cielo perdido
de nubes rojas de ira,
escuchar tiernas mentiras
de labios, tanto tiempo dormidos.

Descubrirte entre hojas secas
cuando buscaba el destino
y no sentir sino rabia
al ver en la tierra rastro
de no haberte socorrido.

Esperar dormirme pronto
en un sueño
infinito y tranquilo,
que haga, que al despertar sienta
la paz del recien nacido.

Buscar la luz en la noche,
como busca el puerto el marino
en la feroz marejada
que deja desierto, el camino.

Y llegar a tí en la niebla
y ver tu reflejo lejano
y no soñar si no es contigo
y morir con tu recuerdo
junto a mi corazon herido.

El puente (7ª parte)

- ¿Dices que apareció en el ordenador de tu casa?- , me contestó casi ocultando la cara
- Si, y eso es lo que más me extrañó, se supone que Carlos había convertido mi ordenador en una especie de fuerte inexpugnable, que su programa de defensa ante accesos no permitidos mediante inteligencia artificial era infranqueable, así que no puedo entender como lo hizo, pero ya sabes, la informática nunca ha sido mi fuerte, de todas formas lo comentaré con Carlos para que mejore el sistema, no quiero que nadie pueda hacerme perder el trabajo.
- Si, coméntaselo y si te da una solución me lo dices, aunque no creo que a ti te resuelva nada.
- Espera, ¿qué es eso de a ti?, ¿Conoces a alguien más a quien le haya pasado algo parecido?.
- A mí sin ir mas lejos, y cada vez es peor.
- Explícate, ¿Qué es eso de que cada vez es peor?, ¿Que es lo que es peor? .
- Empezó hace cosa de siete u ocho meses, sabes que hace dos años nos llevamos un par de premios importantes por varias campañas publicitarias, bueno, pues de pronto, un día me salió un mensaje mas o menos como el tuyo, alguien me reprochaba que mis campañas ya no tenían la frescura de las anteriores, al principio pensé que sería Ana, pero cuando se lo comente me dijo que no sabía nada, no me había mandado ningún mensaje, entonces intenté no hacerle caso pensando que el que fuera se cansaría pronto pero no era así, fuese quien fuese estaba claro que no pensaba dejarlo tan pronto. Yo tardé un poco mas que tú, pero al cabo de casi un mes de soportar su acoso terminé cediendo y decidí rehacer una campaña en la que estaba trabajando, efectivamente se me ocurrió una nueva idea para la campaña, fue todo un éxito, seguro que te he comentado algo sobre ella alguna de las veces que nos hemos visto, fue una campaña para una marca de joyería que se llevó incluso un premio del gremio de joyeros, - recordaba la campaña, Helena nos habló sobre ella cuando les dieron el premio-. Después de esto pensé que él se daría por satisfecho pero no fue así, siguió acosándome, y cada vez más, parece que esté en todos lados, en cuanto enciendo el ordenador sea el de casa o el de la oficina ya está allí, conoce todos mis movimientos y parece controlarlo todo, empezó con comentarios sobre el trabajo, siguió con las películas o que había ido a ver y las cosas que hacía, si iba a tal exposición o a tal otra, sobre los sitios donde iba a comer y ya últimamente se mete hasta con la ropa que me pongo, no se que voy a hacer.
El comentario de Helena me había dejado totalmente desconcertado, y yo que estaba tan contento pensando en el nuevo diseño del puente que, gracias a mi misterioso colaborador, había hecho, no podía ser que a mí me fuese a pasar lo mismo.
- ¿Has comentado algo con Carlos?. – la pregunté.
- Claro, fue lo primero que hice cuando supe que no era solo en la oficina, al fin y al cabo en mi ordenador también instaló el mismo sistema que hay en el tuyo y se supone que es inexpugnable, pero es que por mas que lo chequea no parece encontrar con la solución, según dice en el sistema no hay ninguna huella de algún acceso externo, no consigue explicarlo, me estoy volviendo paranoica, he llegado a creer que el acosador era él y todavía lo creería si no fuese por lo que me pasó hace dos semanas.
- Explícate.
- Hace dos semanas me fui de viaje a ver a un cliente, cuando llegue al hotel me di cuenta que se me había olvidado una documentación y me fui a conectar con el ordenador de la empresa para descargármelo desde uno de los ordenadores del hotel, bueno pues no había hecho sino encender el ordenador que me dejaron en el hotel cuando allí estaba él, en cuanto encendí la pantalla y se arranco el ordenador me apareció un mensaje de mi acosador enviándome la documentación que me hacía falta.
- Espera, ese mensaje no tenía porque ser del acosador, a lo mejor alguien en la empresa, Ana por ejemplo, se dio cuenta que se te había olvidado la documentación y te la había enviado.
- Eso que dices podría ser posible si no fuese por varias cosas, primero, yo todavía no me había conectado, es decir, en teoría nadie fuera de la recepción del hotel sabía que yo estaba sentada delante de ese ordenador, segundo, a última hora había tenido que cambiar el hotel y nadie en la empresa sabía que me alojaba en ese hotel y tercero, conozco demasiado bien a ese cabrón, era él, te juro que era él.
- ¿Has dicho algo en la policía?, eso tiene que ser delito, seguro que te pueden ayudar a localizar a ese tipo.
- Se lo dije, pero el tipo es demasiado listo, una vez has hablado con él no queda ningún rastro en el ordenador, ni siquiera de los mensajes, es como si no hubiese pasado nada y los mensajes solo aparecen cuando estoy sola en mi despacho o en casa, así que no tengo ninguna prueba para demostrar ni siquiera que exista.
Hablando nos habían dado las 2 de la madrugada y decidimos dejarlo para otro día, Helena no parecía muy convencida de ir a su casa y como estábamos cerca de la mía decidió venir a dormir a casa, así podíamos seguir charlando, pero tuve que prometerla que no encendería el ordenador.
Cuando llegamos a casa caímos rendidos en la cama, por lo menos mi día había sido agotador y dormí de un tirón hasta que sonó el despertador a las ocho, aproveché que Helena estaba durmiendo para ir a correr un poco en un parque cercano después de dejarla una nota diciéndola que me esperara, lo bueno de vivir en el extrarradio de la ciudad es que hay un montón de parques cerca donde pasear sin tener que esquivar coches, a la vuelta a casa paré en una churrería para comprar unos churros, a Helena eso era algo que siempre la había alegrado la mañana, un buen chocolate con churros para desayunar, y después de lo que me había contado anoche, me apetecía darle una alegría por la mañana.
Cuando llegué a casa Helena se acabada de despertar y estaba leyendo mi nota, como había supuesto los churros hicieron que se le alegrase la cara, mientras me daba una ducha ella fue preparando el chocolate.
Después de desayunar encendí el ordenador para ver si había terminado el cálculo antes de irnos a dar un paseo y allí estaba él
- YA ERA HORA DE QUE VOLVIESEIS A JUNTAROS, ¿NO OS PARECE?.- el mensaje parecía gritar desde la pantalla.

miércoles, 1 de abril de 2009

El puente (6ª parte)

Quizás es que no estaba muy convencido de las bondades de volver a diseñar el puente pero, por más que miraba los libros no veía otra solución distinta. Ya estaba casi a punto de arrojar la toalla cuando, viendo unas fotos de un museo de la ciudad, se me ocurrió, en el museo tenían una esfera armilar en la que se supone que había trabajado Kepler y eso me dio la idea, el tablero del puente podía estar sujeto en tres semicircunferencias que se juntasen en el centro. El diseño tendía que recordar a esa esfera armilar como si estuviese cortada por la mitad.

Corrí a la mesa de dibujo para hacer un boceto del diseño y luego me senté delante de la pantalla del ordenador dispuesto a dejar asombrado al inquisidor.
De pronto sonó el teléfono, era Ana, estaba enfadada porque eran casi las seis de la tarde y no la había llamado, la contesté de mala manera quedando en llamarla más tarde, tenía que dibujar el proyecto del puente y ponerlo a calcular en el ordenador para comprobar que mi idea era buena.
Terminé de dibujarlo casi a las nueve de la noche y puse en marcha el programa de calcular la estructura, una de las ventajas de ser el jefe es que desde casa tenía acceso a todos los recursos del ordenador de la empresa, casi no podía esperar hasta la mañana siguiente cuando tendría los resultados.
Aproveché entonces para llamar a Helena para intentar quedar para tomar algo e ir al cine mañana, entonces comprendí que Ana tenía razón, me costó casi media hora convencerla para salir a cenar algo (tuve que amenazarla diciéndola que yo llevaba desde que me había levantado sin comer nada -lo que por otro lado era cierto- y que si no salía conmigo me parecía que tampoco iba a cenar) y a lo de ir al cine no le dio ninguna importancia, parecía increíble que fuera la misma Helena que yo conocía desde hace 35 años.
Después de hablar con Helena llame a Ana para tranquilizarla diciéndola que había quedado con Helena y que ya la contaría mañana como nos había ido, me di una ducha rápida, me vestí y salí a buscarla, la verdad, tenía ganas de contarla la historia del inquisidor, todavía me parecía increíble lo que me estaba pasando.
Después de recogerla decidimos que en lugar de ir a cenar a algún restaurante nos apetecía más dar una vuelta por su barrio y picar algo en algunos de los bares de la zona, ella decía no tener muchas ganas de meterse en ningún sitio cerrado durante mucho tiempo.
Durante todo el tiempo Helena estuvo de lo más normal, solo cuando le nombraba algo relacionado con los ordenadores parecía cambiar de cara, al final no pude evitarlo y le conté todo lo relacionado con mi proyecto del puente, a la Helena que yo conocía siempre le había interesado todo lo relacionado con mi trabajo, decía que mi trabajo tenía mucho que ver con sus estudios de Bellas Artes, sin embargo en cuanto me oyó hablar del inquisidor le cambió la cara. No pude evitar preguntarla que la pasaba.
(Continuará ...)