lunes, 15 de marzo de 2010

Quizas

Quizás las arrugas vengan
de las risas,
de los llantos,
de los besos
y regaños.


Quizás las arrugas sean
regalos de los veranos,
de primaveras vividas,
de los otoños pasados
y de inviernos acunados
entre penas y alegrías,
entre recuerdos soñados.

Quizás vivir sea esto,
morir al nacer el día
y vivir en cuerpos extraños,
para renacer de nuevo,
al sentirme entre tus manos.

Quizás no exista el tiempo,
quizás el futuro acaso,
no sea, sino el momento,
de verte reír soñando,
y recordar que no hace tanto,
convertías en caricias
mis tristezas y mi llanto.

Quizás al morir mañana,
vea que el tiempo pasado,
no tiene el valor soñado,
no vale lo que la mirada,
de tu cara entre mis manos.