lunes, 6 de abril de 2009

El puente (¿final?)


- Como que ya está. – Contesté casi gritando.
- Esta clarísimo. Dices que no puede ser nadie de fuera porque el programa no lo permitiría y si alguien hubiese encontrado la manera de colarse quedarían huellas, solo ha pasado en vuestros ordenadores, es decir, que tu sepas no le ha paso a nadie mas de tu empresa y nosotras podemos asegurar que no le ha pasado a nadie mas de la nuestra, el problema está en vuestros ordenadores, la raiz del problema es algo que solo hay en vuestros ordenadores, el programa es el problema.
- No puede ser, -esta vez fue Carlos el que gritó-, el programa esta basado en la inteligencia artificial, pero lo que tu estás diciendo es que el programa es inteligente, que es capaz de controlar no solo, lo que pasa dentro del ordenador, sino lo que hace Helena en todo momento.
- Piensa un poco, si tu tuvieses acceso al ordenador de Helena podrías saber todos sus números de cuenta, todos sus números de tarjeta, incluso tendrías acceso a su codificación del chip de su DNI, con esos datos y estando conectado con los ordenadores de sus bancos sabrías en todo momento, en cuanto pagase algo con su tarjeta, que se identificase en algún sitio o que cargase algo a la cuenta del banco, donde esta en todo momento, es más si fueses lo suficiente inteligente para entrar en los sistemas de cámaras de seguridad de las distintas empresas controlarías todos sus movimientos, ¿no es verdad?.
-Teóricamente es posible, en eso se basan todos los que creen en las teorías de que el estado conspira para controlar a todos los ciudadanos, pero es imposible controlarlo todo.
- Si tienes que controlar a 40 millones es posible, pero aquí solo estamos hablando de controlar a una persona, es posible que a dos. Helena, tu tienes en tu casa un sistema de seguridad mediante cámaras que te permiten grabar todo lo que pasa en casa cuando lo conectas, ¿verdad?.
- Claro, me obligó a ponerlo la compañía de seguros para hacerse cargo de la colección de cuadros, pero todos vosotros tenéis uno igual.
- Pues suponiendo que el programa de Carlos sea tan bueno como él dice, el programa en un intento de proteger a Helena, ha seguido trabajando, perfeccionandose, primero la defendió contra aquellos trabajos que él pensaba que no eran lo suficientemente buenos, luego siguió con aquellas otras actividades que le parecieron perjudiciales y ha llegado en su control hasta el final y ahora está haciendo lo mismo contigo.
-¿ Es eso posible? – pregunte a Carlos-, ¿puede ser el programa el culpable?
- En teoría, lo que dice Ana podría ser, pero quiero que lo entendáis, solo en teoría.
Volvió a hacerse un hueco en mi cabeza la frase de Helena, “Ana encuentra la solución a los problemas complejos con una facilidad increíble, ella lo dirá en cinco minutos y nosotros estaremos meses para resolverlo”
- Y si fuese cierto, ¿entonces que hacemos? – preguntamos a la vez Helena y yo a Carlos-, si Ana tiene razón, ¿Cual es la solución?.
- No la hay, si el programa se ha hecho tan inteligente seguro que se ha copiado en los ordenadores de vuestras empresas, con lo cual aunque borraseis vuestros ordenadores seguirá estando allí y desde allí se copiará en todo ordenador que utilicéis, si eso fuese cierto estáis condenados a vivir con el control del ordenador.
- Tiene que haber una solución – dije yo.
- Yo no la sé – repuso, cada vez más enfadado, Carlos.
- Y si el programa es tan listo, ¿porqué no se lo preguntamos a él? – dijo Ana, en un alarde de clarividencia.
No estábamos convencidos en absoluto, pero como a nadie se le ocurría nada mejor decidimos hacer caso de su consejo, encendimos el ordenador y apareció un único mensaje.






MANDÁRMELO.






Decidimos hacerle caso y le dimos una única orden:


Descansa, ya no te necesitaremos más.

......

De todo esto han pasado ya cuatro años, Helena y yo hemos vuelto a estar juntos, ahora tenemos una preciosa niña de dos años y esperamos otro para dentro de dos meses, Carlos sigue enfrascado con sus ordenadores y Ana dirige casi en exclusiva la empresa de publicidad, ya que Helena cada vez le dedica menos tiempo a la empresa y más a sus propios proyectos, de hecho, Helena ya le ha ofrecido varias veces la posibilidad de venderla su parte, pero, por algún motivo que no conocemos, Ana siempre se niega, en cuanto a mí, conseguí terminar el puente de acuerdo con el nuevo diseño y recibí gran cantidad de críticas elogiosas, cuando se iba a inaugurar me propusieron que le pusiera un nombre, nadie comprendió el que yo puse -HAL 2005-, pero aun así me hicieron caso, claro que, al final, la gente lo renombró como quiso.

Despues seguí un tiempo dirigiendo la empresa, pero, no tarde en darme cuenta que, después del puente, mis pasos me llevaban por otro camino distinto, que mi tiempo como ingeniero diseñando estructuras tocaba a su fin, así que decidí que era el momento de pasar el testigo a un nuevo valor que diera nuevos bríos a una empresa a la que yo ya había dado todo lo que podía darle, vendí la empresa a los compañeros que trabajaban conmigo y ahora me dedico a mi dos grandes pasiones: pintar y enseñar lo poco que sé. De vez en cuando, cuando estoy trabajando con un ordenador, me parece ver que la pantalla parpadea un poco, como si me guiñase un ojo, pero cuando me fijo nunca vuelve a pasar, aun así, siempre que me levanto de trabajar con un ordenador, casi sin darme cuenta, paso la mano por encima de la pantalla, como si estuviese despidiendo a un amigo.

Nota del autor. La historia ha sido larga, mucho más de lo que al principio parecía que iba a ser, muchas gracias a tod@s l@s que la habeis seguido, espero que hayais disfrutado leyéndola tanto como yo al escribirla, en algún momento intentaré continuar con alguna idea que ha sido sugerida pero no prometo que sea pronto.

Muchas gracias a tod@s nuevamente

P.D. Me pregunta alguien cercano, que está leyendo está historia según la voy publicando, el motivo del nombre, porqué llamar "El puente" a esta historia si el puente de la misma es un elemento anecdótico, realmente el puente del nombre no es solo "el puente" que esta diseñando el narrador, el puente es tambien el camino que surje para permitir al protagonista y a Helena dar un cambio en una vida que se había vuelto monótona hacía una nueva vida.

PP.D. Esta historia nacio como contraposición a una serie de historias, más o menos cortas, de diversos autores de ciencia fiición en las que un robot u ordenador desarrolla inteligencia y en su afan de proteger al ser humano le coarta la libertad en un afan de evitar que se infrinja daño a si mismo, surgió durante una cena con una conversación posterior (convenientemente regada con varias botellas de vino), tiene que ver con eso que los "listos" llaman inteligencia emocional y la idea de que si el ordenador se vuelve lo suficientemente inteligente se da cuenta de la imposibilidad de preservar al ser humano de si mismo sin quitarle aquello que le hace ser eso, humano, su desarrollo ha sido incluso mas largo de lo inicialmente previsto y el final estaba pensado desde la primera linea que se escribió, de hecho, el final fué lo primero que escribí. Siento si algunas personas (de hecho son más de dos) piensan que el final no era el adecuado y la historia se corta abruptamente, en cualquier caso he visto varios caminos que se han abierto y como he dicho antes quizas algún dia se plasmen en estas páginas desarrollos alternativos

El puente (8ª parte)

- ¡Apágalo! – Me gritó Helena - ¡Lo ves!, ya está aquí, lo sabe todo, lo conoce todo, ya lo sabía yo, no tenía que haber venido.
- Tranquila, ya está apagado.- dije apagando el ordenador-, ahora mismo llamamos a Carlos para que nos explique que está pasando, pero sobre todo tranquilízate, todo esto tiene que tener una explicación normal, seguro que se trata de algún niñato, genio precoz de la informática que ha descubierto algún fallo en el programa de Carlos y se divierte haciéndonos la puñeta.
Helena pareció tranquilizarse con lo que la dije y con el desayuno (el chocolate con churros siempre había hecho milagros con ella), cuando terminamos de desayunar llamé a Carlos y, sin contarle de que iba, quede con él dentro de una hora en mi casa.
Helena me insistió en llamar a Ana, estaba segura de que ella no tenía nada que ver con toda esta historia, pero parecía necesitar de su apoyo, a mí Ana nunca me había caído especialmente bien, pero para dejarla tranquila decidí llamarla y quede con ella a la misma hora que con Carlos.
Llegaron los dos con cinco minutos de diferencia, de hecho parecía que e hubiesen puesto de acuerdo, ¿Y si Helena tuviese razón pero solo en parte y estuviesen los dos conchabados en un extraño acuerdo para volvernos locos a Helena y a mí?. Pero no, eso no podía ser, Ana es posible, pero Carlos era mi colega de toda la vida, nunca podría hacer algo que fuese en contra mía ni de Helena, me estaba volviendo paranoico.
Cuando llegó Carlos y le empezamos a contar que me estaba pasando lo mismo que a Helena, pareció que se le iluminaba la cara, ¿a qué al final Helena iba a tener razón?.
- Me dejas encender tu ordenador- dijo Carlos –, tranquila Helena, ya sabes que sea quién sea, nunca dice nada cuando está alguien delante.
- Claro. – repuse inmediatamente, -¿Qué pasa?, ¿Qué ya has dado con la solución?.
- Ojalá, no va a ser fácil, llevo cinco meses trabajando en el problema de Helena todo el tiempo que me deja libre mi trabajo y no sé si estoy mas cerca de la solución que cuando empecé, pero hay algo que me deja completamente despistado, no sé si te ha contado Helena que una vez ella ha terminado de hablar con su “acosador” en su ordenador desaparece todo rastro de la comunicación, de hecho yo solo sé que eso ha pasado porque la creo a ella, no hay ninguna manera de demostrar que nada de lo que dice es cierto.
- Y, ¿no puede ser que alguien haya descubierto un agujero en tu programa que le permita entrar en nuestros ordenadores?.
- Podría ser, pero no sé si sabes que vuestro programa es único, ni siquiera yo tengo un programa tan sofisticado, lo hice a medida para vosotros, vosotros queríais un programa que os permitiera poder acceder a todas las herramientas de los ordenadores de vuestras oficinas y os diera un nivel de seguridad que garantizase que nadie, y repito, nadie fuese capaz de acceder al ordenador sin un permiso específico, os lo conté en su momento, es un programa basado en un proyecto de inteligencia artificial, el programa detecta cualquier intento de acceso no permitido y va configurando los sistemas de protección en función de la capacidad del que intenta acceder, dicho de forma sencilla, el ordenador aprende del pirata, según el pirata intenta métodos más sofisticados para romper las defensas del ordenador, el ordenador crea defensas mas complejas para evitar los accesos, virtualmente el sistema es inaccesible.
- Pero todo programa tiene una “puerta atrás”. – Yo había visto muchas películas de hackers y espías últimamente.
- Casi todos, una puerta atrás es un camino que se deja el programador para poder acceder sin tener que pasar todos los controles, pero a mí, y no te olvides que yo soy el programador en este caso, no me iba a hacer falta, el programa me conoce, yo puedo acceder sin ningún problema, de hecho vosotros me lo pedisteis para que si os pasaba algo a los dos, os recuerdo que cuando instale el programa vivíais juntos, alguien pudiese recuperar toda la información del sistema.
Helena tenía razón, Carlos era la única persona que podía haberlo hecho, lo reconocía hasta él, pero no podía ser, algo dentro de mi se negaba a admitir la posibilidad de que mi amigo, mi colega, mi compañero de todas las aventuras estuviese implicado en esto.
- Bueno, pues entonces explícate, ¿Porqué has dicho que podría ser?.
- Cuando Helena me contó lo que la pasaba probé muchas cosas, instalé en su ordenador varias herramientas para intentar cazar al “hacker”, ninguna dio resultado, pero entre todas las cosas que instalé hay una que empezó a mostrar algo.
- No te hagas el interesante, cuéntanos de una vez de que se trata. - Ana contestó con esa diplomacia que la caracterizaba.
- Tranquila - dijo Carlos -, tal vez no signifique nada, pero coincidiendo en el tiempo con los intervalos en los que Helena recibe comunicados de “su acosador”, el ordenador aparece como si estuviese apagado.
- ¿Cómo que apagado?, ¿Qué quiere decir eso?, - interrumpió Helena-, el ordenador no estaba apagado, te lo puedo jurar.
- Tranquila, Helena, os lo explico, en todo ordenador que este encendido hay una parte del procesador que esta activa aunque sea la que controla el reloj, pero en el ordenador de Helena hay instantes en los que, aunque sabemos que estaba encendido, no hay ninguna actividad, el ordenador aparece como muerto, no hay ninguna actividad.
- Y, ¿eso que quiere decir?. – intervine yo.
- Significa que aquel que está enviándote mensajes controla todo el ordenador, es capaz de hacer desaparecer todo rastro de actividad del mismo, no me preguntas como lo hace porque yo no se como se puede hacer eso.
En ese momento Ana se levantó de la mesa en la que estábamos y se puso a dar vueltas en la habitación, Helena tenía una confianza casi ciega en las capacidades de Ana, habían sido compañeras en la facultad de Bellas Artes y siempre decía que no conocía a nadie con su capacidad para las situaciones complejas, nunca se había preparado un examen, nunca había estudiado una lección pero siempre sacaba las mejores notas, decía que parecía tener una capacidad innata para resolver un problema complicado simplemente con enfocarlo debidamente, cuando la gente la preguntaba como había solucionado cualquier cosa siempre contestaba lo mismo “era obvio”, pero es que para ninguno de los demás la solución era obvia y de hecho muchas veces teníamos que dedicar horas hasta llegar a la solución a la que ella había llegado en cuestión de minutos, eso hacía que, para casi todo el mundo, fuese odiable, pero para Helena se había convertido en la pieza exacta que hacía que el conjunto funcionase. Todos nos quedamos callados esperando lo que Ana estaba pensando.
De pronto se paró y nos miro a los tres:
- Claro, -gritó-, ya está.
(Continuara ...)
(Siento no poder cumplir lo prometido pero esta parte era demasiado larga, en próximos días aparecerá el final)