Yo que siempre me estaba yendo,
nunca encontré
el momento de quedarme,
el camino me seduce
me inspira el cambio y la distancia.
Solo un libro de compañía,
una canción sin lamentos
y para apoyarme,
una almohada.
Un tren es una escusa
una foto es el reclamo,
para iniciar la escapada
cualquier escusa era sana.
Y ahora yo me he atado
a tu sueño,
a tu risa,
ya solo tengo prisa
para cargarte
en mi espalda.
Nunca pregunté donde está el futuro,
nunca supe que era el mañana,
y ahora cuanto te vas,
busco en todos los espejos
el reflejo de tu alma.
jueves, 16 de octubre de 2008
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