martes, 17 de febrero de 2009

Sobrevivir

Dime por fin que me quieres,
dijiste cuando me abrazabas,
y como voy a quererte,
si a mi mismo no me aguanto
te dije mientras me atabas.

Morir sin ser uno mismo,
llorar al ver el reflejo
de mi desgastada sombra
en el viejo y oscuro espejo.

Asomarnos al abismo
de anhelos y esperanzas,
recoger pétalos caídos
en tiempos recogidos
de recuerdos y añoranzas.

Romper con el aire nuevo
y fabricar la sonrisa
que nos acercará a la vida,
que nos dejará en el suelo,
que recuperará la risa.