viernes, 3 de abril de 2009

Sin ti.

Vivir en un cielo perdido
de nubes rojas de ira,
escuchar tiernas mentiras
de labios, tanto tiempo dormidos.

Descubrirte entre hojas secas
cuando buscaba el destino
y no sentir sino rabia
al ver en la tierra rastro
de no haberte socorrido.

Esperar dormirme pronto
en un sueño
infinito y tranquilo,
que haga, que al despertar sienta
la paz del recien nacido.

Buscar la luz en la noche,
como busca el puerto el marino
en la feroz marejada
que deja desierto, el camino.

Y llegar a tí en la niebla
y ver tu reflejo lejano
y no soñar si no es contigo
y morir con tu recuerdo
junto a mi corazon herido.

El puente (7ª parte)

- ¿Dices que apareció en el ordenador de tu casa?- , me contestó casi ocultando la cara
- Si, y eso es lo que más me extrañó, se supone que Carlos había convertido mi ordenador en una especie de fuerte inexpugnable, que su programa de defensa ante accesos no permitidos mediante inteligencia artificial era infranqueable, así que no puedo entender como lo hizo, pero ya sabes, la informática nunca ha sido mi fuerte, de todas formas lo comentaré con Carlos para que mejore el sistema, no quiero que nadie pueda hacerme perder el trabajo.
- Si, coméntaselo y si te da una solución me lo dices, aunque no creo que a ti te resuelva nada.
- Espera, ¿qué es eso de a ti?, ¿Conoces a alguien más a quien le haya pasado algo parecido?.
- A mí sin ir mas lejos, y cada vez es peor.
- Explícate, ¿Qué es eso de que cada vez es peor?, ¿Que es lo que es peor? .
- Empezó hace cosa de siete u ocho meses, sabes que hace dos años nos llevamos un par de premios importantes por varias campañas publicitarias, bueno, pues de pronto, un día me salió un mensaje mas o menos como el tuyo, alguien me reprochaba que mis campañas ya no tenían la frescura de las anteriores, al principio pensé que sería Ana, pero cuando se lo comente me dijo que no sabía nada, no me había mandado ningún mensaje, entonces intenté no hacerle caso pensando que el que fuera se cansaría pronto pero no era así, fuese quien fuese estaba claro que no pensaba dejarlo tan pronto. Yo tardé un poco mas que tú, pero al cabo de casi un mes de soportar su acoso terminé cediendo y decidí rehacer una campaña en la que estaba trabajando, efectivamente se me ocurrió una nueva idea para la campaña, fue todo un éxito, seguro que te he comentado algo sobre ella alguna de las veces que nos hemos visto, fue una campaña para una marca de joyería que se llevó incluso un premio del gremio de joyeros, - recordaba la campaña, Helena nos habló sobre ella cuando les dieron el premio-. Después de esto pensé que él se daría por satisfecho pero no fue así, siguió acosándome, y cada vez más, parece que esté en todos lados, en cuanto enciendo el ordenador sea el de casa o el de la oficina ya está allí, conoce todos mis movimientos y parece controlarlo todo, empezó con comentarios sobre el trabajo, siguió con las películas o que había ido a ver y las cosas que hacía, si iba a tal exposición o a tal otra, sobre los sitios donde iba a comer y ya últimamente se mete hasta con la ropa que me pongo, no se que voy a hacer.
El comentario de Helena me había dejado totalmente desconcertado, y yo que estaba tan contento pensando en el nuevo diseño del puente que, gracias a mi misterioso colaborador, había hecho, no podía ser que a mí me fuese a pasar lo mismo.
- ¿Has comentado algo con Carlos?. – la pregunté.
- Claro, fue lo primero que hice cuando supe que no era solo en la oficina, al fin y al cabo en mi ordenador también instaló el mismo sistema que hay en el tuyo y se supone que es inexpugnable, pero es que por mas que lo chequea no parece encontrar con la solución, según dice en el sistema no hay ninguna huella de algún acceso externo, no consigue explicarlo, me estoy volviendo paranoica, he llegado a creer que el acosador era él y todavía lo creería si no fuese por lo que me pasó hace dos semanas.
- Explícate.
- Hace dos semanas me fui de viaje a ver a un cliente, cuando llegue al hotel me di cuenta que se me había olvidado una documentación y me fui a conectar con el ordenador de la empresa para descargármelo desde uno de los ordenadores del hotel, bueno pues no había hecho sino encender el ordenador que me dejaron en el hotel cuando allí estaba él, en cuanto encendí la pantalla y se arranco el ordenador me apareció un mensaje de mi acosador enviándome la documentación que me hacía falta.
- Espera, ese mensaje no tenía porque ser del acosador, a lo mejor alguien en la empresa, Ana por ejemplo, se dio cuenta que se te había olvidado la documentación y te la había enviado.
- Eso que dices podría ser posible si no fuese por varias cosas, primero, yo todavía no me había conectado, es decir, en teoría nadie fuera de la recepción del hotel sabía que yo estaba sentada delante de ese ordenador, segundo, a última hora había tenido que cambiar el hotel y nadie en la empresa sabía que me alojaba en ese hotel y tercero, conozco demasiado bien a ese cabrón, era él, te juro que era él.
- ¿Has dicho algo en la policía?, eso tiene que ser delito, seguro que te pueden ayudar a localizar a ese tipo.
- Se lo dije, pero el tipo es demasiado listo, una vez has hablado con él no queda ningún rastro en el ordenador, ni siquiera de los mensajes, es como si no hubiese pasado nada y los mensajes solo aparecen cuando estoy sola en mi despacho o en casa, así que no tengo ninguna prueba para demostrar ni siquiera que exista.
Hablando nos habían dado las 2 de la madrugada y decidimos dejarlo para otro día, Helena no parecía muy convencida de ir a su casa y como estábamos cerca de la mía decidió venir a dormir a casa, así podíamos seguir charlando, pero tuve que prometerla que no encendería el ordenador.
Cuando llegamos a casa caímos rendidos en la cama, por lo menos mi día había sido agotador y dormí de un tirón hasta que sonó el despertador a las ocho, aproveché que Helena estaba durmiendo para ir a correr un poco en un parque cercano después de dejarla una nota diciéndola que me esperara, lo bueno de vivir en el extrarradio de la ciudad es que hay un montón de parques cerca donde pasear sin tener que esquivar coches, a la vuelta a casa paré en una churrería para comprar unos churros, a Helena eso era algo que siempre la había alegrado la mañana, un buen chocolate con churros para desayunar, y después de lo que me había contado anoche, me apetecía darle una alegría por la mañana.
Cuando llegué a casa Helena se acabada de despertar y estaba leyendo mi nota, como había supuesto los churros hicieron que se le alegrase la cara, mientras me daba una ducha ella fue preparando el chocolate.
Después de desayunar encendí el ordenador para ver si había terminado el cálculo antes de irnos a dar un paseo y allí estaba él
- YA ERA HORA DE QUE VOLVIESEIS A JUNTAROS, ¿NO OS PARECE?.- el mensaje parecía gritar desde la pantalla.