Quisiera,
sobre la tumba negra y fría,
donde yace mi esperanza,
ver nacer un nuevo día
de flores y miradas anchas.
Ojalá supiera,
como convertir tu silencio,
y los espacios hoy vacíos,
en nuevos retos de lucha,
en momentos de cariño.
Pero afuera,
aulla el invierno frío,
la tormenta rompe al alma,
y el corazón dormido
muere de soledad y falta.
Noche de eternidad oscura,
noche de horror y de miedo,
déjame despertar del sueño,
escúchame en mi llanto eterno,
respóndeme en mi eterna duda.
miércoles, 22 de abril de 2009
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