miércoles, 29 de septiembre de 2010

El se había levantado es mañana como otra cualquiera, había desayunado, se había duchado, había despertado a sus hijos, sacado al perro.

Nada hacía sospechar que ese día fuese diferente.

Sin embargo, no había terminado de ponerse el cinturón al montar en el coche cuando un leve mareo le hizo sentirse mal, de pronto, el mareo fue a mas y ya no sabe que fue lo siguiente, si el ahogo o el dolor en el pecho, solo fue capaz de sacar medio cuerpo del coche.

Lo siguiente que recuerda es de dos dias después en la cama del hospital.

Según le contaron un vecino le vío, caido a medio sentar en el coche y llamo a una ambulancia y a su casa, el dictamen "Infarto masivo", gracias al masaje de otro vecino y a que la ambulancia llegó pronto, todavía puede seguir contándolo.

Despues operaciones, descanso, tranquilidad, arritmias, descanso, otro amago, operaciones, mas descanso, sobre todo tranquilidad.

Pero sobre todo vivir, vivir y respirar, vivir para amar, para soñar, para ver, para vivir.

3 comentarios:

Luis Antonio dijo...

Ese vecino vale un imperio. Mi enhorabuena por salir de semejante trance. A un amigo mío le pasó eso, pero a 100 km/h. Podría haber sido peor, pero su esposa que lo acompañaba se salvó...

Un abrazo y bienvenido

cristal dijo...

Me ha costado llegar al final de tu relato. No se puede negar que has tenido mucha suerte, si la experiencia que narras te ha ocurrido a ti. Hay personas que saben reaccionar bien y a tiempo ante situaciones como la que cuentas.

Ahora le encuentro sentido a tu ausencia, se te ha echado de menos por estos pagos.

Me alegra mucho que estés de vuelta y que sigas teniendo ilusión, fuerza y deseos de amar y vivir.

Un abrazo bien fuerte, Tumu.

Duquesa de Katmandu dijo...

Hola,
Qué bueno que sigue por acá!
cuídese mucho y gracias por visitar, como siempre,

beso,