miércoles, 10 de junio de 2009

Renacer

Ver tu cuerpo
dibujado, en los pliegues,
de la sabana que te esconde.

La luz del amanecer,
ilumina los aromas
que nos dejó la noche.

Oírte como respiras,
saber que aunque me rompa,
siempre tu amor me recoje

y construye de los trozos,
un nuevo yo que alza el vuelo
entre el acero y el bronce.

Mirar el tiempo que pasa
en el brillo de tus ojos,
y ver el reflejo del aire
en tu melena dorada.

Oírte cuando no dices nada,
soñarte si estoy despierto,
mirarte cuando no me miras,
y amarte aunque sea en silencio.

Cuando por las mañanas la luz, que la persiana deja pasar, ilumina tu cuerpo y ese juego de luces y sombras me muestra el aire que respiras, la tranquilidad de verte dormir y el suave susurro de tu cuerpo con las sabanas, como canto melodioso, se convierte en el arrullo que me envuelve y me da calor tras la pesadilla.

4 comentarios:

Luis Antonio dijo...

Simplemente el hecho de ver "el cuerpo dibujado bajo los pliegues de la sábana" ya es todo un privilegio. Lo demás, por añadidura.

Se te ve muy primaveral, Tumulario. Y me alegro

maracuyá dijo...

Tumulario.
Este poema me emociona.
Siempre he pensado que los sentimientos que se tienen al contemplar dormido al ser amado, definen la intensidad de ese amor.

Que la persiana sea siempre tan cómplice y deje pasar la luz necesaria para ese juego de contrastes que hace visible la felicidad.

Un beso

Beauséant dijo...

a veces dejamos pasar la oportunidad de dar a conocer esas palabras a la otra persona.. si la tienes, no la dejes pasar... no hagas, en definitiva, lo que yo hice tantas veces.

Duquesa de Katmandu dijo...

Me gustó mucho!
Qué bueno que escriba estas perlas.

beso,